Castillo empezó su discurso con referencias directas a los «sectores más conservadores que no quieren que el país cambie y que nunca reconocieron su legítima derrota electoral». Luego señaló el rol de la prensa y su papel desestabilizador y cómplice de las campañas golpistas.
Fue en ese contexto en que una tal Norma Yarrow (y otros esperpentos más de la ultraderecha) hacen un chillido de intolerancia para mostrar toda su ponzoña recalcitrante y reaccionaria. Y pretenden vendernos esto como «indignación democrática». A otro perro con ese hueso.
El fujimorato (junto a sus esbirros y mutaciones) nuevamente chillando desde el Parlamento y acusando de «corrupto» a Castillo al final de su discurso y exigiéndole su renuncia. O sea, los dueños absolutos de la corrupción en el Perú buscando desviar la atención hacia otro actor político. Los herederos y defensores del megacorrupto y exdictador que renunció miserablemente por fax, ahora se pintan de «democráticos y decentes»… ¡No jodan!
Y si Castillo es responsable de algún delito, pues que se pruebe y se sentencie luego de un debido proceso. Pero que esto no sirva de caldo de cultivo para intentonas golpistas y nueva entronización política de los oligarcas de siempre.
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