Parece ser que por estas épocas, en plena campaña por ocupar un escanio en el Congreso de la República, los candidatos olvidan las normas de convivencia en comunidad. Mientras los colectivos artísticos coordinan, gestionan y piden los permisos para las diferentes actividades gratuitas que ofrecen a los vecinos para el disfrute de estos, los candidatos, en lugar de ser ejemplo y poner en práctica los valores cívicos de nuestra comunidad, parecen más bien zurrarse en las normas, y empiezan a pegar anuncios por doquiera, sin mostrar un mínimo de respeto por los vecinos y el entorno en que vivimos.
¿Cómo funciona un sistema donde resulta costoso y engorroso plasmar murales artístico-culturales en los pilares del tren -para beneficio gratuito de los vecinos del distrito-, y no así malograr, contaminar y promover desorden y caos a través de la colocación de cientos de afiches propagandísticos? ; es la pregunta que nos hacemos todos los que dentro de un tiempo deberemos soportar la basura y contaminación visual en el distrito, sin que para entonces aparezca un solo candidato que pueda realizar jornadas de limpieza y mantenimiento a las zonas que hoy vienen afectando.