El fútbol es como la vida misma. ¿De qué sirve tanta organización, planteamiento táctico, estrategia de juego, coraje colectivo, orden de avance, optimismo y honestidad, cuando aparece un solo (o varios) acto de corrupción o injusticia que lo desbarata todo?
Hoy no ganó la selección brasileña, ni ganó su millonaria plantilla de megaestrellas, ni su jerarquía consabida. Hoy ganó un tal Julio Bascuñán, un tipo que funge de autoridad deportiva pero que solo es un vil ladrón que desfalcó descaradamente las ilusiones del equipo peruano. Hoy ganó miserablemente ese árbitro
*Que la rabia contra ese tipejo no nos lleve a idioteces xenófobas contra su país de origen, que nada tiene que ver.
*El VAR aunque nos guste cuando está a nuestro favor y nos disguste cuando está en contra, igual es una mierda total. ¿Cuál es su lógica y sentido?
Por: Franz Verne, Periodista e investigador social