Según los últimos reportes , hay un grupo de niños que tiene un especial riesgo de desarrollar COVID grave .
Es un hecho el gran número de casos nuevos cada día debido a la tercera ola de COVID-19 en el Perú . En este contexto, aunque son pocos aún, también se han registrado contagios en niños. Por ello, y por nuestros niños , debemos de tener en cuenta cuáles son los síntomas de alarma que indican que un niño con COVID-19 se está agravando y debe ser atendido por un especialista.
Estos dos años de pandemia , nos ha dejado conocimientos de la enfermedad y que los casos de covid en los niños y adolescentes suelen ser leves o moderados y hasta asintomáticos. Sin embargo, hay un grupo que está en mayor riesgo de tener complicaciones debido al virus y pueden terminar en un hospital. Estos son los menores con enfermedades crónicas, aquellos que tienen presentan trasplante de órganos, obesidad, diabetes, inmunosupresión o alguna enfermedad del sistema respiratorio como el asma, entre otros.
Ya sea que tengamos en casa un niño considerado sano o uno que tiene algunas comorbilidades, la recomendación general es vigilar los síntomas, luego de confirmar que el menor tiene COVID-19 o ha estado en contacto cercano con un caso positivo. Un contacto de este tipo se da cuando el niño estuvo a menos de un metro y medio de una persona positiva, sin mascarilla y por más de 15 minutos.
¿Qué síntomas presentan los niños?
Suelen ser leves y similares a los de un resfriado, como fiebre, tos con flema, congestión nasal, pérdida del gusto o del olfato, cambios en la piel, dolor de garganta, entre otros.
Estos síntomas pueden ser controlados en casa luego de una consulta con un médico. Las recomendaciones incluyen analgésicos, reposo e ingesta abundante de líquidos. Y es importante contar con un oxímetro de pulso y termómetro en casa. La mayoría de los niños y adolescentes que presentan síntomas se recuperan en una o dos semanas.
Pero hay un grupo que puede agravarse y es necesario vigilar algunos signos de alarma que pueden indicarnos que el menor necesita ser llevado a un hospital de inmediato. Estos son, según Mayo Clinic, la incapacidad para despertarse o permanecer despierto, dificultad para respirar, desorientación repentina, piel, labios o las uñas de color pálido, gris o azulado, y dolor intenso de estómago.
Los expertos consultados por El Comercio advierten que los principales signos de alerta en los niños son la fiebre persistente y la debilidad muscular. Si el niño tiene fiebre de más de 38 grados por más de 72 o 96 horas y no puede sentarse correctamente o necesita ayuda para levantarse, debe ser llevado de emergencia a un centro de salud para recibir atención especializada.
“El principal signo de alerta es fiebre persistente, además de la debilidad muscular. Son los síntomas que connotan una mayor severidad. Estamos hablando de fiebres que superan las 72 a 96 horas en niños y debilidad muscular progresiva. Puede haber malestar general, puede haber una debilidad al momento de movilizarse por la inflamación, pero cuando esta es progresiva, por ejemplo, si el niño ya no puede sentarse correctamente, necesita ayuda para levantarse, ya eso es un signo de alarma que sí tenemos que valorar en un centro especializado”, explica a El Comercio el infectólogo José López Revilla, del Hospital del Niño de San Borja.
Además, el especialista explica que hay dificultades para mantener aislados a los niños en sus casas: “En los niños va a ser un poco más difícil de mantener [el aislamiento] debido a que necesitan asistencia de los adultos, más si son niños pequeños. Pero, ante la sospecha de que nosotros tenemos un niño infectado y que ya esté disponible la vacunación, lo ideal sería mantener al niño en un estado de vigilancia en casa. Si no desarrollar síntomas entre los 38 o 72 horas después del contacto conocido, deben llevarlo a la vacunación. El haber tenido contacto con un caso positivo en casa no es una restricción para la vacunación”, añade el también docente de la Universidad Científica del Sur.
Fuente : El Comercio
Yerson Collave García:Periodista de ciencia y salud