El terrorismo en el Perú

La narrativa normalizada respecto al terrorismo en Perú es que se trata de un elemento de exclusiva responsabilidad del «comunismo». Desde las elites dominantes y el poder mediático se ha impuesto la pretendida sinonimia entre justicia social y terrorismo.

Se ocultan o se niegan las prácticas sistemáticas de terrorismo de Estado y de la patronal contra obreros y campesinos en masacres de Vitarte, Chicama, Huacho, Trujillo, Cerro de Pasco, etc (entre 1900-1940). No se habla de las políticas de tierra arrasada contra comunidades originarias en gobiernos democráticos de Belaúnde, García, Fujimori, etc. No se habla de los crímenes de Estado en la diversas dictaduras militares (o regímenes civiles corruptos) que ha padecido nuestra república.

Y se quiere borrar de la historia la responsabilidad directa de las fuerzas armadas y la policía en todos estos procesos represivos con impacto genocida. Basta revisar sus manuales de inteligencia y contrainsurgencia para ver la evolución macartista y reaccionaria (bajo asesoría directa de organismos tipo CIA) a través de la implementación de prácticas de guerra asimétrica o de baja intensidad para fortalecer la criminalización de la protesta social y evitar cualquier nuevo proyecto armado o de masas.

Así que trasladar el debate del inicio o los verdaderos gestores del terror antipopular hacia los cuerpos represivos del Estado, no es un despropósito ni un motivo de hipócrita indignación, sino la necesidad de construir un debate crítico nacional que logre entender el meollo de las heridas y la fractura social en nuestro país, y así buscar soluciones objetivas.

Pd. ¿El Ejecutivo ha dicho o mostrado algún respaldo a Héctor Béjar Rivera por la agresión y cargamontón que ha sufrido a manos de la ultraderecha?

Presuntos terroristas asesinan a cuatro parientes en Ayacucho

La columna terrorista secuestró a las víctimas, entre ellas se encontraban dos menores y un adulto mayor ; los hechos sucedieron el martes 23 de marzo. Dos aparecieron colgadas de un árbol.

Cuatro miembros de una familia fueron secuestrados y asesinados por una columna terrorista en el centro poblado de Huarcatán, en el distrito de Pucacolpa, provincia de Huanta (Ayacucho). Más de 15 personas armadas ingresaron a la localidad el pasado martes 23 de marzo para perpetrar la masacre.

Con el mismo operar de los años ochentas , los subversivos reunieron a todos los pobladores, les decomisaron sus celulares y, tras un interrogatorio, se llevaron por la fuerza a Pedro Coriñaupa (70), su hijastra Yolanda Canchaya Curo (30) y dos menores de 16 y 17 años. Una quinta persona también habría sido retenida, pero logró escapar cuando eran trasladados a la zona de Patacancha.

Coriñaupa y su hijo de 16 años terminaron colgados de un árbol —sin vida—en el cerro Tambiacocha, donde fueron encontrados el último jueves por miembros del Comité de Autodefensa. A pocos metros también se halló los cadáveres de la mujer y la otra menor.

Pedro Yaranga, especialista en narcotráfico, no descarta que el cuádruple crimen tenga que ver con el vínculo de la familia con el Comité de Autodefensa.

Hasta el lugar llegaron personal del Ejército y de la DINOES para continuar con las investigaciones.

Fuente : Exitosa | Global Ayacucho

El eterno y burdo fantasma del «terrorismo»

El día empieza con un «notición»: La policía captura a 70 «miembros de Sendero Luminoso», quienes, desde su organismo de fachada Movadef, «intentarían la reestructuración del terrorismo en el Perú». Y el general a cargo del megaoperativo dice que ha sido «un impecable trabajo de inteligencia de cuatro años de investigación y con detenciones sin disparos y con mucho respeto de los DD.HH.».

Justo ahora que está pendiente el proceso judicial a los responsables por los dos asesinatos durante las jornadas del 14 de noviembre. Justo ahora que se exige sanción y castigo a los policías responsables de disparar al cuerpo de los manifestantes (con heridos de gravedad y secuelas permanentes). Justo ahora que se acumulan las evidencias contra la policía por secuestro, torturas, agresiones sexuales, reglaje y detenciones arbitrarias. Justo ahora que hay fuertes protestas de trabajadores contra el injusto y brutal régimen agroexportador en Ica. Justo ahora que hay un descrédito y desconfianza generalizados contra la PNP. Justo ahora que hay amenazas de huelgas policiales como respuesta a los intentos de reestructuración de su propia institución. ¿Justo ahora?

En Perú es recurrente el uso y abuso del fantasma del terrorismo para desarticular toda protesta social, criminalizar los justos reclamos sociales y crear psicosociales distractores para lavarle la cara a los organismos corruptos (Congreso, Ejecutivo, policía, magistratura, corporaciones empresariales, etc.). ¡Una mierda!

Por: Franz Verne, investigador social y periodista