El problema es que muchos de nosotros, que venimos de la
educación tradicional, no
sabemos cómo ayudar a desatar el potencial a nuestros hijos. Porque no
se trata obligar a que nuestros hijos emprendan. Se trata de que les
ayudemos a desarrollar todas sus capacidades,y en definitiva, darle herramientas
para que construyan su futuro.
Sin embargo, nos hemos acostumbrado a delegar este papel, y a quejarnos de que no se les enseña emprendimiento en la escuela o en la universidad. Cuando la auténtica base de una educación emprendedora la tienen en su propia casa. Como dice Hugh McLeod:
“Todo el
mundo nace creativo. A todos nos dan una caja de lápices de colores en la
guardería”.
¿Por qué una educación emprendedora desde la Educación
Básica?
Según indicadores del INEI(2019), 2 de cada 10 estudiantes de IIEE públicas comprenden lo que leen y son competentes en matemáticas. En el ámbito rural solo 1 logra los niveles esperados. Además, solo el 32% de los estudiantes que egresan de la secundaria acceden a la educación superior. En el ámbito privado la estadística es muy similar.
Joseph Schumpeter desde la década de
los años cuarenta del siglo pasado afirma que la innovación tecnológica y el
emprendedorismo son los motores del crecimiento económico. La experiencia
histórica le ha dado la razón: los países más desarrollados son los más
innovadores y los más emprendedores. Estas tesis han sido comprobadas por el
trabajo de los profesores Daron Acemoglu del Massachusetts Institute of
Technology (MIT) y James Robinson de Harvard, plasmado en el libro “Por qué
fracasan los países”.
Entonces nos preguntamos: ¿Qué harán nuestros hijos si continuamos
preparándolos para la vida siguiendo los modelos antiguos de educación?
Dominar la lectura, la escritura, las matemáticas, la
historia, la tecnología y las habilidades sociales son importantes. Pero hay
otra habilidad que tiene una tremenda influencia positiva en la vida de su
hijo, una habilidad que rara vez se enseña en la escuela o en el hogar: Es el
espíritu empresarial. El espíritu empresarial equipa a su hijo con las
habilidades para hacer cosas increíbles, y nutre esas habilidades para ayudarlo
a convertirse en un adulto feliz y exitoso