Bosque de Caja de Agua: Cuando los medios intentan confrontar al pueblo

No tengo calificativos para la periodista de Buenos días Perú…¿No será que no quieren tener de vecina a la comunidad shipibo-conibo? , pregunta a los vecinos y vecinas de Caja de Agua, en relación a la denuncia que ellos han hecho: el Ministerio de Vivienda quiere talar el centenario bosque de Caja de Agua, uno de los pocos pulmones que tiene San Juan de Lurigancho, para reubicar a la comunidad de Cantagallo.

Qué estrechez de mente y de corazón el de esa mujer, que seguramente vive rodeada de parques y jardines que aquí escasean, y que no puede creer que la gente demande vivir digna y sanamente. Como buena aliada de los grupos de poder, busca confrontar al pueblo, para sacar partido y hacer noticia con nosotras y nosotros, no le importa sugerir que los y las vecinas son obstruccionistas, egoístas, que impiden al gobierno «obrar»…¡Así operan los medios, vecino, vecina!, confrontándonos, ninguneándonos.

Pero no se salió con la suya, porque una vecina con sentido común y mucho corazón, le hizo saber que la Comunidad de Cantagallo tampoco desea vivir en medio de más y más cemento. Sí vecina, no se trata de anteponer un derecho a otro. No es un favor el que nos hacen. Los derechos no se negocian. No pueden pasar por encima y destruir un espacio vivo para deshacerse y largar a toda una comunidad y confinarla a espacios no aptos para vivienda, que nada tienen que ver con los espacios llenos de vida de los que provienen ¡No!

Bravo por esa vecina. Bravo por Caja de Agua, un bosque que otrora, hace casi 100 años, era punto de encuentro de familias que, sin saberlo, se reunían para con alegría ir forjando la pujante y valiente comunidad que somos ahora.

¡Viva el Bosque!¡Viva la Comunidad de Cantagallo!¡Vivan los vecinos y vecinas de Caja de Agua!

Dato:

Si quieres conocer algo de historia y una interesante propuesta que surgió en torno a la puesta en uso social del bosque hace algunos, puedes leer: ‘Bosque Caja de Agua: Potencialidades para el uso social de un núcleo de producción’, un artículo publicado por el Instituto Cultural Ruricancho en el libro San Juan de Lurigancho: historia y presencia (2018).

Por: Diana Obando Samanamud

Captura y vídeo: Buenos Días Perù


La peligrosa ultraderecha al acecho

Los procesos electorales en Perú nunca son aburridos: Dan giros y movimientos, muchas veces, impredescibles. Aunque por lo general se impone eso del «mal menor» y al final terminamos con gestiones del montón (más del mismo contubernio derechista con diferentes peones pero con la misma estrategia de defender a la reina Confiep).

Sin embargo, esta vez pinta un poco más agitado. ¿Imaginábamos que una opción peor que el fujimorato tendría opciones reales de poder? A la base económica ultraliberal y mercantilista (fujimorismo transversal o neoliberalismo peruano) agreguémosle un marco abiertamente ultraconservador en lo social (que no se ruboriza de mostrar su fustán fascista y cavernario). Tenemos un modelo violentamente antiderechos y enemigo de toda disidencia.

Es cierto que la idiosincrasia peruana nos dice que aquí los extremos siempre son bienvenidos, pero esta vez tenemos una posibilidad ultra que usa el descontento social para asegurarle los privilegios a la elite criolla que representan. Y el factor religioso es una carta que están usando con efectividad, incluso a niveles demenciales pero con resultados positivos.

La coyuntura no da para tibiezas ni indiferencias individualistas (subjetivismo sobreideológico). El costo de lo que se nos viene, podría ser muy alto.

Foto: El Comercio

La desinformación que puede matar

Una cosa es criticar al gobierno de turno y cuestionar sus políticas públicas o sus acuerdos comerciales (aceptado por la propia democracia burguesa) y otra muy diferente es convertir a un medio de comunicación en una trinchera de la desinformación brutal y negacionismo intransigente.

Lo que hace Berto Ortiz es infundir pánico colectivo a partir de una grosera desinformación con datos tergiversados y realidades falseadas. Claramente hay un afán corporativo con cálculo político detrás del ataque sistemático. Willax se ha convertido en una madriguera de ultraderecha que cual mono con metralleta dispara a discreción sin reparos ni ética.

Necesitamos más informes científicos, argumentados por técnicos y profesionales en la materia (médicos, biólogos, genetistas, etc.) y no «interpretados» por voceros del conservadurismo reaccionario. Es urgente acabar con las especulaciones sobre salud pública y vacunación masiva. La crisis nacional (socioeconómica y sanitaria) ya es demasiado grande como para agregarle insumos de miedo y falsedad.

Vistazo a la coyuntura política

Tres breves:

1.- La insistencia para que el sector privado adquiera lotes de vacunas y luego las «proporcione» (venda) a sus trabajadores (y quienes puedan pagarlo) no se inscribe dentro de un criterio lógico para destrabar la burocracia del Estado, y así aplicar medidas humanistas, sino dentro de la dinámica mercantilista y acaparadora del neoliberalismo. No existe sentido altruista o de solución a la crisis nacional en los cálculos empresariales de la Confiep y sus corifeos.

2.- Cada día se demuestra que la crítica a López Aliaga por su talante ultraconservador y fascistoide, es limitada si no se acompaña con el cuestionamiento de su perfil empresarial y las denuncias o deudas que tiene ante la justicia peruana. El peruano promedio es conservador, así que no se verá afectado si se le dice que su candidato es homofóbico, machista o ultrarreligioso. Por tanto, es urgente rechazar con argumentos políticos cada arista de López Aliaga, más allá de memes, porque el elector emotivo y no racional solo verá ataques y terminará por victimizarlo (votando por él, como «castigo» o «joda»).

3.- ¿Cómo se explica el ascenso en la intención de votos presidenciales y congresales a Acción Popular? ¿Cómo un partido que fue pieza clave en la «intentona golpista» (bajo la figura de vacancia) hoy goza de índices favorables a diferencia de sus pares como Frepap, PP, Somos Perú, UPP, Fuerza Popular, APP que cargan con el lastre del descrédito social luego de las jornadas del 14N, o peor aún en el caso del Frente Amplio y su casi invisibilidad en las encuestas e intenciones de voto? La clave podría estar en el manejo de crisis institucional hacia adentro y hacia afuera que tiene una fuerza política que sí es partido estructurado y medianamente cohesionado, además del control legislativo que aún tienen. Y, claro, la miserabilidad corrupta de Vizcarra y compañía, está ayudado a lavarle la cara a los otrora «golpistas» (provacancia).

El derecho a decidir

Este caso es un importante precedente en nuestro país. La lucha constante de Ana Estrada Ugarte para decidir sobre ella misma y poner fin a su vida a través del procedimiento técnico de la eutanasia, es un claro ejemplo de defensa irrestricta de la libertad individual como derecho humano frente a la maquinaria oscurantista que opera a través del Estado y los sesgos ultraconservadores de ciertos grupos de poder.

Como se sabe, cuando Ana tenía 12 años le detectaron una enfermedad degenerativa llamada polimiositis. Aún así logró estudiar Psicología y trabajar hasta que esta condición le quitó esas posibilidades. Actualmente, apenas puede moverse, pues se encuentra en un estado de dependencia muy alta, con 20 horas al día postrada en cama.

Tras años de batalla legal y mediática para que se reconozca su caso, ahora el Décimo Primer Juzgado Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima ha ordenado al Ministerio de Salud y a EsSalud respetar la decisión de poner fin a su vida.

La vida no solo consiste en la función biológica básica de respirar y moverse o en la inercia del estímulo y reacción, sino en la más mínima calidad y garantía de estabilidad y desarrollo emocional y social. La vida no es un factor descartable y fríamente cuantificable (bajo el criterio de los «provida») sino el estadío mismo que se forja en y por la libertad, racionalidad y humanidad plenamente entendidas.

¿Nuevos psicosociales en tiempo de elecciones?

Esto del supuesto enfrentamiento armado entre bandas de peruanos y venezolanos también tiene trasfondo y proyección política.

Hace semanas que circulan vídeos y fotos que dan cuenta del nivel de ferocidad entre lúmpenes de ambas nacionalidades dentro del Perú. Son hechos reales pero adulterados para forzar realidades ficticias como asesinatos por venganza o crímenes seriales. Obviamente existe un clima de brutal violencia en las calles pero esto no debe mezclarse con el tratamiento trucado que se le pretende dar desde las sombras para generar zozobra, xenofobia y caos.

La criminalidad no reconoce banderas ni se sujeta a particularidades nacionales. El lumpenaje armado convertido en sicariato no responde a contextos culturales determinados. El móvil, por lo general, suele ser económico e irracional en cualquier región. La violencia sistemática crece y el sistema de justicia no solo es incapaz de frenar asesinatos flagrantes, sino que termina siendo cómplice por acción u omisión.

Entonces, ¿quién o qué sectores estarían interesados en difundir fake news por redes sociales para incentivar este alarmismo? ¿Estamos ante un nuevo psicosocial? ¿Quiénes ganan con un clima de xenofobia exacerbado? ¿Quiénes proponen «mano dura», «militares a las calles», «pena de muerte», «fusilamientos», «servicio militar obligatorio», etc., como mágicas recetas a la inseguridad social? ¿Quiénes se benefician del miedo que exige «más control y vigilancia» en las calles? ¿Son casuales estas «noticias» en tiempos de campaña electoral?

Vacunagate o pescar a río revuelto

En medio de esta nueva crisis, es claro que habrá quienes busquen pescar a río revuelto. Desde la tríada fujimorista y ultraderechista (Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País) se ha venido diciendo, con furibunda insistencia, que Sagasti es la continuación exacta de Vizcarra y que ambos gobiernos acusados de «progresistas» y «caviares» (en realidad: neoliberales indolentes) son equiparables con cualquier etiqueta de «izquierda» o incluso «comunista».

Estas acusaciones aberrantes encuentran eco en el resto de corifeos de la derecha recalcitrante (Alianza Para el Progreso, Podemos Perú, Victoria Nacional, PPC, Acción Popular, etc.) y entre todos hacen un festín populista señalando que esto desnuda a la «izquierda caviar corrupta».

Que no nos sorprenda que ahora se intensifique el «terruqueo» para decirle al país despolitizado y desesperanzado que solo un gobierno de «mano dura» (ultraconservadurismo y autoritarismo social con ultraliberalismo económico) podrá «poner fin» a esta nueva megacorrupción. Incluso piden la vuelta del felón reaccionario de Manuel Merino a la presidencia del Parlamento.

A la partidocracia en campaña proselitista no le interesa la salud pública ni la justicia social del Perú. Hoy está más claro.

Fotocomposición: Cutivalú

Cuando un meme puede convertirse en política de Estado

La propaganda gráfica donde se ve a los candidatos presidenciales Rafael López Aliaga, Hernando De Soto y a un joven mirándole el trasero al primero ante la «sorpresa» del segundo, es mucho más que un meme ridículo y vomitivo. Se trata de una estrategia de comunicación coloquial que desde lo «gracioso» pretende conectar con lo popular en Perú.

Este meme publicado por «Jóvenes Celestes» (parte de los mal llamados «provida», en realidad son ultraconservadores, antifeministas y reaccionarios) podría inscribirse dentro del fenómeno comunicativo de la alt-right gringa que inició como un montón de ultraderechistas incels y racistas acomplejados jugando con memes y burlas políticas en foros y chats hasta crecer como base social votante de Trump, con nexos expansionistas a nivel global. Hoy estas hordas están compuestas por fascistas, neonazis, evangélicos y católicos fundamentalistas, supremacistas, ultranacionalistas, hispanistas, ultraliberales (mal llamados «libertarios»), odiadores, misóginos, etc., todos conviviendo entre lo hediendo y ponzoñoso de sus «ideas».

En política nada es casual o inofensivo. Todo tiene un trasfondo de poder y hegemonía. La propaganda publicitaria en redes sociales es vital y táctico. Hoy se juega con otros valores y códigos informativos que pretenden hacer más «digeribles y populacheros» a candidatos reaccioarios como López Aliaga (o De Soto) quienes claramente pertenecen a una élite oligárquica ajena al quehacer popular.

No subestimemos el bum de los memes y su impacto inmediato en una sociedad despolitizada e indiferente como la nuestra. Lo que hoy nos parece «idiota, inofensivo y risible», mañana puede convertirse en políticas de Estado empeorando lo mal que ya estamos. El actual Parlamento que tenemos es un botón de muestra de esta espantosa posibilidad.

De Vizcarra a Sagasti o de mal en peor

Lo que empezó con Vizcarra se ha profundizado con Sagasti.

Sigue siendo un desastre el manejo de la salud pública en medio de la pandemia. Los sosos y enrevesados mensajes del Ejecutivo no ayudan a discernir sobre qué medidas tomar desde el criterio personal a partir de las «nuevas» políticas nacionales sobre lucha anti-covid.

El desconcierto colectivo se mantiene debido al bombardeo mediático de una y otra cosa (segunda ola, nueva cepa, variante británica, diversas vacunas pero que ninguna llega a Perú, etc.) y crece aún más por los reiterados agravantes (inexistencia de camas UCI, especulación en el precio de los balones de oxígeno, hospitales desbordados y faltos de logística mínima, clínicas lucrando a mansalva, personal médico desgastado y vapuleado, etc.).

El trasfondo de este nuevo recrudecimiento sigue siendo el aspecto económico para el Estado. Pese a la evidente alarma, desde un inicio se buscó no afectar las cadenas de consumo en los supermercados, emporios comerciales y bancos (alentando cínicamente las aglomeraciones y focos de contagio). Y luego la atención criminalizadora se centró únicamente en los tumultos de comercio ambulatorio informal. Es claro que el neoliberalismo condena dicha «informalidad» porque excede sus fauces tributarias pero alienta el gran negocio «formal» que ve cifras y clientes, pero no seres humanos.

Y como cereza del pastel están los fake news trasnochados de los antivacunas y los sesgos conspiranoicos con cero criterio científico pero apoyándose en especulaciones irracionales de supuestos expertos o experiencias personales, que generan más zozobra y desconcierto. Vamos mal.

¿La escuela está pensada en preparar a las personas para ayer y no para mañana?

En la era de la industrialización años 70 y 80, la educación educativa escolar  encasillaba a los niños a aprender ciertos conocimientos para el desarrollo de las industrias. Sin embargo, las industrias se han modernizado mientras que el sistema educativo escolar se ha estancado.

Actualmente nuestros niños aprenden, similares momentos a los que vivieron sus padres o abuelos; no ha habido actualización. Así mismo, el test de calificación de inteligencia no ha sido modificado hasta la actualidad, ya que no se evalúan otros aspectos de la inteligencia como la creatividad y arte.

A lo largo del tiempo, talvez se han discriminado otros niños porque no siguieron el estándar educativo; el cual es estudiar colegio y luego ir a la universidad. Este último no asegura el trabajo y podría generar infelicidad cuando los niños son adultos.

Según el informe de Ken Robinson o de ONU, la competencia profesional que escaló entre el 2010 al 2017, fue la CREATIVIDAD que se ubica en tercera posición y estar listo para la era en la que estamos viviendo  “La innovación”.

El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron.

“La educación no es llenar un balde sino encender un fuego”

Hacer comprender a los alumnos que la única finalidad de estudiar es la formación de ellos mismos, como personas libres. La escuela debe recuperar su valor esencial: formar a seres humanos con cultura, a personas con capacidad para abrazar la solidaridad humana, de razonar con espíritu crítico.