Fujicerronismo contra el país

El Congreso tiene un nuevo presidente para el periodo 2023-2024. Se trata de Alejandro Soto, el legislador de Alianza para el Progreso (APP), quien reemplazará en el cargo al reaccionario José Williams. La “lista 1″, que además de Soto está conformada por Hernando Guerra García (Fuerza Popular), Waldemar Cerrón (Perú Libre) y Roselli Amuruz (Avanza País), obtuvo 77 votos en el Pleno.

¿Cómo se explica esta alianza «contranatura» entre el fujimorato y el cerronismo? ¿Son dos fuerzas totalmente antagónicas que se juntaron por el bien del país? ¿Los extremos se tocan? ¿Es posible una sana y democrática convivencia entre la ultraderecha fascistoide y el autodenominado «partido marxista, leninista, mariateguista»? ¿Es normal que Keiko Fujimori vaya en alianza con Vladimir Cerrón luego de que ambos se acusaron de todo antes, durante y después de la segunda vuelta electoral del 2021? ¿Dónde quedaron las denuncias públicas por un supuesto fraude y robo electoral contra Perú Libre? ¿Dónde quedaron los rechazos contra la mafia fujimorista en el poder? ¿Tantos meses atacándose mutuamente para que ahora vayan en la misma lista y ganen la Mesa Direciva del Parlamento? ¿Tanto enfrentamiento (físico y verbal) entre sus bases para que hoy sus líderes se tomen de la mano? ¿Perú Libre odia tanto a la «izquierda caviar» que no duda en aliarse con la extrema derecha mafiosa y anticomunista?

Aquí hay un pacto evidente. Mejor dicho, hay un negociado subrepticio que «esconde» algo de fondo. En la lista que acaba de ganar todos tienen rabo de paja y buscan blindarse colectivamente. Pero la estrategia de fondo es entregar el país a la jefa de la mafia: Keiko Fujimori. ¿Cómo así? Pues el entrante presidente, Alejandro Soto, no es más que un títere y tonto útil en el cargo. Sobre él pesan 55 carpetas fiscales abiertas que datan desde junio del 2000 a diciembre del 2022, acusándole de abuso de autoridad, actos de corrupción, estafa, apropiación ilícita y de enriquecimiento ilícito. Así que podría ser materia fácil para sacar del cargo dejando que asuma el fujimorista Nano Guerra-García, para que cuando la derecha le suelte la mano a Dina Boluarte y ya no les sea más necesaria, la puedan dejar a su suerte bajo un pedido contundente de vacancia liderada por el propio Guerra-García. Y luego de que Boluarte sea retirada a empellones de su cargo, pueda asumir temporalmente la presidencia del país, Nano, para llamar a elecciones en un breve plazo, con un clima muy favorable para una posible victoria de Keiko. Todo a su medida. Así de claro.

Es decir, la actual mesa directiva del Parlamento, con Waldemar Cerrón en sus filas (quien jocosamente aún jura por una supuesta «asamblea constituyente»), es básicamente un trampolín para el gran salto hacia adelante de Keiko Fujimori. La ultraderecha no da puntadas sin hilo ni mueve sus fichas sin haber visto todas las posiblidades. Y Perú Libre parece no tener fondo en esa caída libre hacia lo más bajo, rastrero y traidor (a sus bases) en el tablero político. Ya ni hablemos de alianzas policlasistas o interideológicas sino de rancios contubernios miserables que posponen toda lógica teórica o decencia programática para dar paso a un burdo pragmatismo oportunista e inconsencuente.

Foto: gestion.pe

Adelanto de elecciones y las trampas del poder

El reciente mensaje de Dina Boluarte ha sido esquivo, populista y entrampado. No reconoció responsabilidad de nada. Ni una sola línea sobre las últimas muertes por la represión policial. Ni por asomo deslizó la posibilidad de su necesaria renuncia. Ha volcado en el Parlamento toda la culpa de la actual crisis sociopolítica del país. Reiteró de forma cansina que no se dejará «chantajear por los vándalos». Todo repetitivo.

Pero lo sustancial de su perorata estuvo en que si el Congreso no aprueba, mañana lunes, el adelanto de elecciones para este 2023, entonces el Ejecutivo presentaría dos proyectos de ley:

-Adelanto de elecciones para octubre de este año (en diciembre sería la segunda vuelta). Con las reformas constitucionales urgentes para conseguir dicho objetivo.

-Que la Comisión de Constitución del próximo Congreso se encargue de la modificación total de la Constitución de 1993 (la que está en vigencia).

Y aquí es donde radica su talante populista, con propuestas enfiladas en ganarse aliados en algunas bancadas de izquierda (Perú Libre y Bloque Magisterial, principalmente). Estas medidas no serían soluciones de fondo, pues si realmente quisiera emplazar al Parlamento y buscar calmar las demandas populares, ella debería renunciar ahora mismo para obligar constitucionalmente a un adelanto de elecciones para este periodo. Ahora, los parlamentarios podrán dilatar el tiempo bajo la excusa de “debatir las iniciativas del Ejecutivo” y así quedarse hasta el 2026, como ya lo manifestó la bancada ultraderechista de Renovación Popular.

Ahora bien, es claro el guiño a cierta izquierda, con eso de la reforma total de la actual Constitución, pero que obviamente sería una trampa en sí misma para evitar cualquier proceso mínimo hacia una Asamblea Constituyente, que es realmente el clamor mayoritario. Y sobre el adelanto de elecciones habría que tener cuidado especial, pues esta medida (tal como la está impulsando el fujimorato) podría ser el retorno hacia un nuevo periodo de mayor conflictividad puesto que para estos comicios adelantados sería la derecha más reaccionaria la que tendría mayores posibilidades de ganar (por tener partidos con inscripción vigente y maquinaria económica a su favor).

Desde un pliego mínimo de acción, consensuado desde las bases movilizadas, no habría que ceder en las cuatro demandas generales: Renuncia de Dina Boluarte, cierre del Congreso, Asamblea Constituyente y nueva Constitución. Todo esto articulado desde las plataformas de lucha de los pueblos y sectores que hoy protestan, y no desde el aprovechamiento o «aparato» de partidos políticos con agendas e intereses subalternos, vengan de donde vengan.

Demócratas autoritarios

En estos momentos, estamos viviendo el momento democrático más largo de la historia. Todos nosotros somos parte de un momento nunca antes visto en nuestra vida republicana: tenemos 20 años de elecciones libres y abiertas, las cuales se vienen desarrollando dentro de los plazos establecidos y de manera ininterrumpida.

En este periodo, hemos tenido gobiernos que han sido muy cuestionados. Incluso, gobiernos que terminaron su periodo dejando muchísima desconfianza. Sin embargo, ni en nuestro momento más crítico, como lo fue el 2016, no se dio ni el mínimo espacio para medidas anti democráticas. No hubo opción para fomentar un golpe de Estado o para que se conforme una Junta Militar.  Hasta en el momento más difícil, se logró mantener cierto sentido de institucionalidad.

Hay que reconocerlo. Este hito colectivo está logrando mantener cierta estabilidad en medio de coyunturas de mucha inestabilidad. Y es importante reconocerlo porque generar estabilidad electoral es apostar y reforzar nuestra propia cultura democrática. Por ello, veo con mucha preocupación la actitud tan autoritaria que viene desplegando un conjunto de organizaciones dentro de nuestro Congreso de la República.

¿Qué ha pasado?

Como sabemos, en diciembre del 2021, se publicó el cronograma electoral mediante el cual se estableció todo el programa de actividades que han realizarse para organizar y ejecutar lo que vendrían a ser las elecciones regionales y municipales.

Pues bien, todo empezó a principios de marzo, cuando el Congreso aprobó la ley 31437, con el fin de modificar la ley de organizaciones políticas y, con ello, eliminar el requisito del mínimo de listas regionales y provinciales que toda organización debe cumplir si desea mantener su inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones. Es más, por si fuera poco, el 24 de mayo, el Congreso aprobó la ley 31481, con el fin establecer nuevas fechas de inscripción de candidatos y de elecciones internas, a pesar que ambos plazos ya estaban vencidos, según cronograma.

Para remate, en ambos casos, estas leyes no solo quieren disponer y modificar a su antojo las reglas de un proceso que ya se encuentra en curso, sino que, además, tienen la explícita intención de suspender la aplicación de todo lo que se ha dispuesto por las normas y leyes electorales hasta el día de hoy.

¿Por qué tanta desesperación?

Ante el riesgo de perder su inscripción y previendo que la ley de organizaciones políticas les pondría una valla muy alta ante su poca capacidad de organización y representación, el nuevo bloque liderado por Malcricarmen Maricarmen Alva, las bancadas de Acción Popular, Perú Libre, Fuerza Popular, Renovación Popular y Alianza por el Progreso han visto por conveniente dejar de lado sus aparentes diferencias ideológicas por un fin mayor: proteger sus propios intereses. Acá ya no estamos entre derechas – izquierdas o entre oposición – oficialismo. Hoy, somos testigos de que cuando el negocio personal está en riesgo lo que va a primar será la lógica de hacer todo lo que se deba hacer para no perder cuota de poder.

Para ellos, no importa la voluntad popular, no importa la institucionalidad del Estado, no importa la estabilidad ni las garantías democráticas; estas organizaciones solo saben actuar bajo la imposición del más fuerte Nada más autoritario, nada más anti popular.

Se caen las caretas

Durante meses, las élites políticas han venido acusando a nuestro gobierno elegido democráticamente, de autoritario, de inconstitucional, de fraudulento y de ilegítimo. No me mal entiendan, hay mucho por cuestionar y por exigir al Ejecutivo, el gobierno no está dirigiendo bien, pero, hasta la fecha, quienes, finalmente, están rompiendo toda normativa, hostigando a los órganos electorales autónomos, amenazando con denuncias penales y constitucionales, buscando eliminar todo el avance producto de las reformas electorales, y generando falsos conflictos son, justamente, aquellos que dicen llamarse defensores de la democracia pero que, en la práctica, sin ningún sentido de responsabilidad ni respeto por el cargo de representación, buscan imponer sus conveniencias de manera autoritaria.

No perdamos el enfoque. Todas estas acciones descritas en la presente columna no son casos aislados: esta contrarreforma electoral se suma a la contrarreforma educativa y la contrarreforma laboral que viene impulsando un Congreso que, claramente, se ha posicionado contra la población popular, contra los estudiantes, contra los trabajadores y contra la democracia. Lo que están haciendo es abuso de poder y ello no se lo podemos permitir.

SJL: Jesús Maldonado incluye en su lista de regidores a su hermana

El candidato a la alcaldía de San Juan de Lurigancho (por tercera vez) y ex – candidato al Congreso de la República, Jesús Maldonado, presentó su lista de candidatos para la municipalidad de San Juan de Lurigancho incluyendo a su hermana.

Según la consulta hecha a la plataforma electoral del Jurado Nacional Electoral, Trinidad Maldonado Amao (45 años), integra la lista de regidores del partido político Somos Perú con el número 6 para las elecciones municipales que se realizará el próximo 7 de octubre.

Fuente: Plataforma Electoral del Jurado Nacional de Elecciones

Esto no tendría ningún impedimento según la Ley de Elecciones Municipales N° 26864, pues en dicha norma no se señala si la lista de candidatos se encuentra prohibida integrar un candidatura con un familiar. Cabe señalar que el actual regidor de la comuna, Sául Usquiano Avila, es cuñado de Jesús Maldonado.

Este no sería el único caso, pues en la lista del Partido Político Perú Libre también estaría un familiar de la candidata a la alcaldía de San Juan de Lurigancho, Nilda Rafael, la señora Reyna Esperanza Vargas Rafael que postula a regidora con el número 2.

Fuente: Plataforma Electoral del Jurado Nacional de Elecciones.

Inauguran el Comité Central de Perú Libre en San Juan de Lurigancho

El día 17 de abril se inauguró Comité Central de Perú Libre en el Local Comunal de la Agrupación Familiar T6 de José Carlos Mariategui Comuna 17 en San Juan de Lurigancho.

Con la presencia de diversos líderes sociales se pudo aperturar el comité donde se encontró el respaldo a la candidatura al profesor Pedro Castillo, asimismo se conformaría el escuadrón de defensores en las urnas en la segunda vuelta para las elecciones presidenciales.

Ha esta inauguración asistió Gloria Castillo Terrones, hermana del candidato presidencial por Perú Libre, quien en sus declaraciones indicó que realizará un trabajo articulado con todas las comunas de San Juan de Lurigancho.

Perú en la encrucijada

Pedro Castillo de Perú Libre es confirmado para la segunda vuelta. Solo falta definir con quién se enfrentará. Hernando De Soto, Keiko Fujimori y Yonhy Lescano tienen las mismas posibilidades de pasar. Rafael López Aliaga y Verónika Mendoza quedan un poquito más rezagados, pero a la expectativa.

Hay algo claro: ha hablado la otredad, el Perú ninguneado y subestimado. La franja de pueblo que solo cuenta como estadísticas y no como capital humano. Es un voto de rechazo al establishment en general, pero a la vez es difuso y vulnerable.

Por otro lado, pareciera que la figura del contrincante podría inclinarse en favor de Keiko Fujimori. Hay cálculos claros para empujarla hasta la segunda vuelta. Según encuestas, ella perdía con cualquiera en segunda, pero no estaba en el conteo el factor Pedro Castillo, a quien seguramente deben ver como un rival fácil de vencer.

La política no es únicamente lo que se ve o lo que nos dicen que es, sino un entramado de estrategias y artilugios que de pronto puede trastrocar lo que es para imponer lo que quieran que sea.

Composición: Gestión

David vs Goliat: Pedro Castillo supera a César Acuña

En la última encuesta publicada por el Instituto de Estudios Peruanos y La República el profesor Pedro Castillo supera al Empresario de Universidades, Cesar Acuña.

El candidato de Perú Libre, Pedro Castillo obtuvo 3,5 % , saltando tres escalones en la ubicación de los candidatos con mayor preferencia venciendo al 3,4 % de Cesar Acuña quien descendió 0,4 % con respecto a la anterior encuesta de fines de febrero.

Según La República, El crecimiento de Pedro Castillo se da notoriamente en la macrozona del sur al ser el tercer candidato con mayor respaldo de esa población: 8,0 %.

Con este nueva posición supera también a candidatos como Ollanta Humala (2,5%), Julio Guzmán (2,3%) y Daniel Salaverry (1,2%)

Fuente La República