Escenario de retroceso histórico

El trasfondo del actual escenario político en Perú, es mucho más complejo de lo que parece. Al menos no es cierta la narrativa del poder mediático que se encargó de mostrarnos una realidad moldeada bajo sus caprichos y necesidades. Se generalizó la idea de que el gobierno de Castillo era corrupto por naturaleza y que era insostenible cualquier cosa que intentara hacer (como si la corrupción gobiernista nunca antes existió en el Perú). Se le encasilló en una figura diseñada a la conveniencia de sus opositores y se le desdibujó desde el inicio.

No decimos que la gestión de Castillo fuera inmaculada y que había que cerrar filas a su alrededor. Desde el inicio advertimos las serias limitaciones de un personaje y un proyecto carente de médula ideológica y/o norte claro. Siempre supimos que Castillo era un factor aleatorio y extraño en política (pese a su efímero pasado como «dirigente sindical»). Era previsible un mayor descalabro a partir de la carencia de un programa de transformación constructiva. No fue el estadista o el cuadro carismático que configurara un arrastre popular con respaldo militante. No fue la expresión de una izquierda con acumulación de experiencia o con talante rupturista.

Pero desde siempre dijimos que con todas sus limitaciones y yerros, era la incipiente posibilidad de algún tipo de quiebre institucional en un país gobernado históricamente por la oligarquía y su partidocracia adicta a las repartijas y el elitismo centralista. Y, por tanto, era menester analizarlo y afrontarlo desde una lectura de clase, desde una óptica popular, desde abajo y a la izquierda. Esto significaba que jamás se podía repetir la monserga ultraderechista que desde el rancio anticomunismo buscaba atacarle bajo premisas no democráticas, sino golpistas y reaccionarias.

Para la formalidad del establishment criollo, Castillo venía a representar todo lo contrario a su normalidad burguesa. Aquí observamos un enfoque ya no solamente ideológico (político-económico), sino un desprecio racista hacia la «otredad». El discurso macartista pronto se quedó sin piso cuando se escuchaba y veía al expresidente rodeado de gabinetes ministeriales o asesores políticos claramente identificados con la derecha. Desde el Ejecutivo no hubo voluntad para cuestionar el modelo económico y se optó por el continuismo neoliberal para calmar a la élite empresarial. Entonces, el meollo incluyó el racismo como expresión sociocultural que se enraizó desde la colonia y se profundizó durante la república.

Ahora estamos frente a un escenario de retroceso histórico, de derrota política. No por Castillo, en tanto persona o figura, sino por el impacto cultural que esto denota en un corto y mediano plazo. La ultraderecha ha buscado vencer a su enemigo ya no con las armas del debate ideológico ni con la polarización de las calles movilizadas, sino con la imposición de un imaginario colectivo donde izquierda sea sinónimo de corrupción e incapacidad de gestión pública. Y a esa victoria parcial del enemigo de clase, han contribuido firmemente elementos o partidos autodefinidos como «del pueblo» o con «sensibilidad social».

Foto: Caretas

Las tres reinas del Congreso

Introducción

Tal como ya se venía advirtiendo, la relevancia política del Congreso de la República y, sobre todo, de la Mesa Directiva, cobró especial protagonismo desde el 2016; ello debido al ejercicio de control que se puede hacer desde la Mesa y, sobre todo, ante la posibilidad de una sucesión del poder frente a la posibilidad de vacancia o renuncia presidencial. Desde este punto y con el aprendizaje acumulado de los años anteriores, el fujimorismo y las fuerzas conservadoras y reaccionarias entraron al Hemiciclo del 2021 con bastante claridad: se repartieron las comisiones necesarias para, de una vez por todas, poner en evidencia hacía donde está corriendo el viento, a favor y en contra de quién.

Sin embargo, luego de un año de pan y circo, la oposición de siempre y la oposición de facto no lograron concentrar una mayoría suficientemente fuerte que pueda liderar a favor de sus propios intereses y propósitos. Y ello, justamente, se demostró durante todo el proceso para la conformación de listas y elección de la Mesa Directiva.

Tal como se sabe, desde hace 30 años, el escenario usual fue la presentación de dos listas para que postulen a la Mesa Directiva: la lista del oficialismo y la lista de la oposición. Alguna vez se han presentado tres, en donde la tercera lista usualmente representó algunos sectores reaccionarios y extremos. Sin embargo, esta vez, hemos tenido cuatro listas; algo que hasta ahora no había pasado.

Previas a la elección

Regresemos meses atrás, cuando se empezó con el rumor de una tal Gladys Echaíz, ex congresista por Alianza por el Progreso, y ex Fiscal de la Nación, la misma que protegió a Alan García en, por lo menos, dos grandes momentos: durante las investigaciones que lo apuntaban como responsable de la masacre de Accomarca, cometida en 1985, y de las primeras investigaciones que se realizaron en la Mega Comisión liderada por el entonces congresista Sergio Tejada, por los casos de los Petro Audios.

Pues bien, desde hace varios meses, se estuvo voceando que esta ex Fiscal, ahora congresista y miembro de la Comisión de Constitución, iba a ser la próxima Presidenta del Congreso. Más aún, los rumores que se soltaban en Pasos Perdidos señalaban que el interés que tenia Echaíz para asumir la presidencia del Legislativo se justificaba bajo un posible escenario de vacancia presidencial; escenario que, si jugaba bien sus cartas bajo la mesa, la podía poner para la sucesión del poder. Bastante ambiciosa.

Tan ambiciosa que, días antes de la inscripción de las listas, su propia bancada no la respaldo, bajo la sospecha/temor de que su bancada no pueda imponer su agenda parlamentaria por encima de la agenda personal. Más aún, no solo no le dieron respaldo, sino que la empujaron directo a los brazos de la bancada Montoya.

Conformación de las listas

Días previos a la inscripción de la lista, los congresistas comenzaron a hacer sus jugadas y amarres. Tanto así, que se sabe que Montoya y Echaíz, dos efusivos anti comunistas y anti izquierdistas, se reunieron con Waldemar Cerrón de Perú Libre y Alex Paredes del Bloque Magisterial, para negociar votos y conformación de lista. Sin embargo, evidentemente, las negociaciones salieron mal; sin embargo, este tipo de reuniones nos pone en evidencia cómo afuera, en el Hemiciclo y en los medios de comunicación, los unos y los otros se ponen rabiosos, pero a puertas cerradas están dispuestos a sentarse y negociar.

Luego de la pateada de mesa, sale Montoya a declarar en Pasos Perdidos que su bancada no conformaría ninguna lista, ni siquiera con Echaíz; sin embargo, horas después, nos llegó la novedad de que no solo iban a postular uno, sino dos de su bancada: Gladys Echaíz y Esdras Medina (el mismo que impulsó la contra reforma universitaria para blindar el negociazo de las universidades privadas informales). Más aún, a pesar que Echaíz choteó a Waldemar Cerrón, Medina aprovechó y sí acepto armar una lista con el cuadro/dueño de Perú libre.

Después de tantas vueltas, promesas y jugadas, se presentaron cuatro listas para la Mesa Directiva: la lista 1, encabezada por Lady Camones, en alianza con sus viejos amigos del fujimorismo, Podemos y Somos Perú; la lista 2, encabezada por Héctor Acuña, en alianza con Juntos por el Perú, Perú Democrático y Perú Bicentenario; la lista 3, encabezada por Esdras Medina, en alianza con Perú Libre, Ilich López (uno de los niños de Acción Popular) y el Bloque Magisterial; y la lista 4, encabezada por Gladys Echaíz y Avanza País.

Las reinas calaveras

Los resultados ya los sabemos. Fue tanta la debilidad de las listas presentadas que ninguna obtuvo lo mínimo requerido y las dos con mayor votación, la lista Camones y la lista Medina, tuvieron que ir a segunda vuelta; finalmente, la lista Camones gana la Mesa Directiva y, con ello, se fortalecieron dos grandes liderazgos: el liderazgo del fujimorismo y el liderazgo de Malcricarmen.

¿liderazgo del fujimorismo? Sí y no solo me refiero a la presencia de Martha Moyano, sino que la misma Lady Camones ya tenía sus relaciones políticas con el fujimorismo, cuando la postularon para las elecciones regionales del 2018. Ello significa que el fujimorismo tiene la mitad de la Mesa Directiva. ¿liderazgo de Malcricarmen? Así es, y ello debido a la continuidad que representa Camones (recordar que ella fue la 1era vicepresidenta de la Mesa Malcricarmen) y porque la figura de Malcricarmen tiene la fuerza suficiente para mantener/imponer la agenda legislativa que favorezca la concentración del poder político en el Legislativo (por ejemplo, con el Proyecto Ley de la bicameralidad y la vacancia presidencial) y porque el golpe que se le dio a Medina para que no llegara a la Mesa Directiva no solo fue para favorecer a Camones sino, sobre todo, para ir dejando en claro a los niños de Acción Popular que ellos ya no son parte del club.

Ahora bien, luego de todo este teatro, vale preguntarse las razones que estarían impulsando a los congresistas para tantos tira y afloja. Mi intuición me lleva a decir que el núcleo del asunto está en el hecho de que el Congreso no tiene legitimidad. Nadie los quiere, nadie en la calle se movilizaría en su defensa.

Sin embargo, la misma debilidad también la tiene el Ejecutivo. Por ello, cuando los dos poderes del Estado se encuentran tan débiles y desprestigiados, solo queda jugar la carta de la «híper interpretación constitucional». Con esta carta, los congresistas harán sus próximas jugadas que les pueda garantizar su permanencia en la repartija. Con esta carta, los congresistas sabrán que deberán hacer para seguir gobernando a favor de sus intereses a pesar que más del 80% del país ya no los tolera más.

Es una situación bastante inusual y particularmente alarmante. Sin liderazgos, sin claridad y sin horizonte, es pertinente lo que nuestro viejo amigo Antonio Gramsci nos dijo alguna vez: cuando el viejo mundo se muere y cuando el nuevo tarda en aparecer, en ese claroscuro es cuando surgen los monstruos. A estar atentos.

La vuelta a la tortilla. Una previa al segundo intento de vacancia presidencial

Desde que Pedro Castillo resultó ganador de la jornada electoral del 2021, la vida política peruana podría caracterizarse de mil formas, menos como una experiencia calmada y estable. Por el contrario. Como ya se sabe, la vieja confiable de los medios de comunicación en su clásica campaña mediática; campaña que viene de la mano con la oposición política y económica y, ahora, con Castillo, con una oposición de clase.

Más aún, seguro recordaremos las dos movilizaciones organizadas a fines del 2021 para impulsar el primer intento de vacancia, de la cual se destacó la segunda, donde se vio a nuestra ya conocida Patricia Chirinos, interpretando el papel de una ciudadana tan indignada que no le tembló la boca para disparar públicamente con los mejores insultos de su repertorio contra el Presidente de la República.

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, este primer intento de vacancia no prosperó. El bloque oficialista, junto a sus aliados en el Congreso, lograron bloquear la moción de vacancia con 76 votos en contra y evitaron que este pedido se pueda debatir en el Pleno.

El tiempo pasó, los gabinetes ministeriales fueron duramente cuestionados y la Fiscalía abrió investigación contra Pedro Castillo por aparentes delitos contra la administración pública y colusión, en agravio del Estado.

Este nuevo escenario abrió la posibilidad para que la oposición pueda arremeter por segunda vez con un nuevo pedido de vacancia. Así, el 14 de marzo, ahora con 76 votos a favor, el Pleno aprobó debatir la moción de vacancia presidencial.

Lo interesante de este nuevo escenario es la forma en la que se reorganizaron los votos con respecto a la votación anterior.  Tal como figura en la tabla adjunta, es bastante claro cuáles son las bancadas que ven en este nuevo escenario una oportunidad que no tuvieron el año pasado. A partir de ello, es válido preguntarse ¿qué intercambios de favores hay sobre la mesa para aquellas bancadas que, en un comienzo votaron en contra y que hoy se voltean (casi) en su totalidad?

Es preocupante la actitud que toma la representación nacional con respecto a este tema. Si bien la vacancia es una figura constitucional, el tema de «permanente incapacidad moral» es tan gaseoso e interpretativo que más bien deja la sensación de ser una herramienta que legitima la arbitrariedad. Por ello, en vez de que el Legislativo funcione como un contra peso al poder político del Ejecutivo, se pervierte como Institución y se posiciona como un grupo de negociadores privados: el pueblo los eligió, pero trabajan para otros.

El 28 de marzo es la votación final, se decidirá si la vacancia presidencial procederá o no. Son dos los escenarios que podrían darse. Sin embargo, en caso se apruebe la vacancia y Castillo deba retirarse de la Presidencia, ¿la oposición tendrá la satisfacción necesaria para que pueda, de una vez por todas, empujar el gobierno, a favor del país? Sospecho que no.

San Juan de Lurigancho se manifiesta contra Manuel Merino

Vecinos y colectivos de San Juan de Lurigancho se concentran en varios lugares para protestar contra Manuel Merino y la actual crisis política.

San Juan de Lurigancho en la lucha, realizará un plantón en el Skate Park Banchero, Estación Santa Rosa, el día sábado 14 a las 3 p.m.

Concentración en defensa de los derechos y de nuestros compatriotas, Domingo 15 de noviembre a las 2:00 p.m. Estación Los Jardines

Ni una menos somos todas de San Juan de Lurigancho, realizará un lavado de bandera el dia Domingo 15 de noviembre a las 4:00 p.m. en la estación Los Jardines.

Antero Flores-Aráoz: la pieza clave para respaldar la ilegitimidad

El trascendido periodístico confirma que Antero Flores-Aráoz asumirá hoy como Primer Ministro del gobierno ilegítimo de Manuel Merino. Y más allá de recordar todo el perfil racista, elitista, homofóbico, prepotente y reaccionario de este personaje (algo que es obviamente cierto), sería interesante ver el trasfondo y el mensaje político de este hecho.

Como se sabe, Flores-Araóz fue diputado por el Fredemo a inicios de los 90, luego fue congresista por el Partido Popular Cristiano (PPC) durante el fujimorato, también fue presidente del Parlamento (2004-2005), fue además representante permanente del Perú ante la OEA (2007), posteriormente fue ministro de Defensa (2007-2009) del segundo gobierno de Alan García, y luego lo vimos candidateando —sin éxito— a la presidencia del Perú. Hoy es vicepresidente de la Coordinadora Republicana (un conglomerado de políticos ultraconservadores, líderes negacionistas, dirigentes de «Con mis hijos no te metas», seguidores de teorías de la conspiración, fascistoides confesos, etc.).

Entonces, esta reciente disputa entre derechas, entre facciones de la oligarquía tradicional (séquito detrás de Vizcarra) y la nueva burguesía provinciana (socios y entorno inmediato de Merino) debía salir de su entrampado y generar un aire de confianza a los dueños de la economía nacional. Si ya entidades transnacionales como el Bank of America mostraba su preocupación por el «populismo de Merino», la Confiep tenía que intervenir para calmar las aguas y colocarle un garante criollo y elitista a la intentona de la derecha provinciana.

Y así se dará. El nuevo gabinete Flores-Araóz debe irradiar confianza a la gran burguesía nacional y extranjera. Les debe preocupar que hasta ahora ningún presidente de la región los ha saludado. Y hay que ver a quién nombran en el ministerio de Economía, en Defensa y en la Cancillería, que siempre son puestos claves que pintan el verdadero perfil de un régimen.

Por: Franz Verne, periodista e investigador social

Nuevo escenario político en Perú. ¿Hacia dónde vamos?

1.- Es claro que esta siempre fue una disputa interburguesa, entre dos facciones de derecha, cada cual representando sus propios intereses y agendas políticas. Y en esta contienda perdió el que tuvo menos respaldo estratégico. La caída de Vizcarra demuestra un Ejecutivo debilitado y carente de gobernabilidad, pues —entre otras cosas— nunca tuvo una bancada parlamentaria que lo respalde y frene las arremetidas del Legislativo que sí logró consensuar su ataque en bloque bajo la desgastada argucia de la «lucha anticorrupción», cuando siempre estuvo claro que en ambos poderes del Estado el nivel de corrupción es realmente alarmante. Ahora Manuel Merino asume y convocará a un gabinete ministerial acorde a sus socios parlamentarios. Empieza la repartija del poder, que no quepa ninguna duda.

2.- El lío ha sido eminentemente político, sin trastocar el factor económico. En esta crisis institucional, la Confiep no se ha visto afectada; por el contrario, no tuvo reparos en distanciarse rápidamente (vía pronunciamiento público) del vacado Vizcarra a quien abandonan como una ficha reemplazable, como un político desgastado y sin partido propio, como un mal estratega que se autoliquidó rápidamente, y le dan la bienvenida a Merino, un hombre con partido de la derecha tradicional (Acción Popular) y con un claro historial en defensa del status quo nacional. Y en este tinglado, las Fuerzas Armadas han cumplido el rol de siempre: salvaguardar los intereses de la élite con mayor capacidad de control sociopolítico. Mientras que la presidencia del Congreso queda en manos de Luis Valdez (Alianza Para el Progreso), quien tiene 52 investigaciones abiertas en el Ministerio Público, algunas por su gestión como gobernador de La Libertad (¿y la incapacidad moral?).

3.- En lo que respecta al carácter de legalidad de la vacancia aprobada, vale la pena apuntar que hace dos meses, en el contexto del primer intento de vacancia presidencial, el Ejecutivo presentó una demanda competencial y una medida cautelar, en la que se planteaba que el Congreso no podía vacar al presidente, ya que los supuestos de incapacidad moral son demasiado laxos. La cautelar fue rechazada y sobre ese tema no hay vuelta atrás, pero aún subsiste la demanda de fondo. Entonces, para algunos analistas, el Tribunal Constitucional generó en parte este problema cuando no resolvió la cautelar a tiempo. Si hubiera admitido la cautelar en su momento, y le hubiera ordenado al Congreso no pronunciarse sobre ninguna vacancia en aplicación del supuesto por incapacidad moral permanente, mientras no se resuelva el tema de fondo en la demanda competencial mencionada. Y aunque aún se espera el pronunciamiento oficial del TC, esto podría ser mero trámite formal que ya no cambiaría el curso de las cosas.

4.- El papel de la izquierda —en términos muy generales— en esta coyuntura, ha sido difusa, dispersa o intrascendente. Durante el desarrollo de la pandemia se vio un claro divorcio entre la izquierda parlamentaria y el progresismo oficial respecto de las demandas y ajetreos de la población afectada. Se dieron procesos de lucha o movilización en barrios y comunidades buscando alimentos y mecanicismos básicos de subsistencia; asimismo, se generaron protestas sindicales contra los despidos masivos y los abusos laborales, pero ni fueron recogidos por la izquierda institucional ni se generaron políticas en favor de estos sectores. Y hoy se habla de avanzar hacia un proceso de Asamblea Constituyente y nueva Constitución. Como consigna política es alentadora, pero ¿sobre qué bases? ¿Sobre qué comunidad organizada? ¿Sobre qué nivel de representación de masas? ¿Con qué izquierda como vanguardia consensuada?

5.- Sobre las recientes movilizaciones en varios puntos del país, es cierto que se trata de marchas ciudadanistas convocadas primigeniamente contra el Congreso espurio y su vacancia ilegítima, es cierto que existe presencia de políticos oportunistas buscando pescar a río revuelto (Guzmán, Forsyth, Mendoza, etc.), es cierto que su carácter general es liberal y funcional a la defensa de una supuesta democracia corrompida y corruptora, es cierto que no se trata de una protesta de clase trabajadora. Pero no es correcto hacer un análisis despectivo o denostar al grueso de la masa movilizada como si fuera un simple pasacalle burgués. Ahora mismo esa movilización ha congregado a mucha gente que no va a defender a Vizcarra, pues vemos presencia de trabajadores y estudiantes que no van a favor del gobierno vacado, sino en contra de la arbitrariedad del Congreso y su repartija. Hay varios detenidos que serán procesados, hay heridos por lacrimógenas y perdigones, hay represión generalizada. Y esto nos debe llamar a la solidaridad inmediata y a buscar profundizar el actual escenario de conflicto social. Se debe tensionar el momento para pasar de la defensa institucionalista a la protesta popular, para pasar de la indignación ciudadanisista a la abierta lucha de clases enfocando que la vacancia es irrelevante o nociva si no se plantea la abolición de la Constitución fujimorista que padecemos. El «que se vayan todos» debe ir acompañado de estrategia de lucha con política de masas que se sostengan más allá de coyunturas o enredos electorales.

Por: Franz Verne, Periodista e investigador social

Opinión Luriganchina: Se va Vizcarra. ¿Quiénes ganan?

Listo. Por mayoría (con 105 votos a favor), el Pleno del Congreso decidió destituir al presidente de la República por «permanente incapacidad moral». Se va Martín Vizcarra.

¿Qué sectores políticos tomarán las riendas del país? ¿Cómo se beneficia la derecha recalcitrante con esta vacancia? ¿La corrupción ha sido golpeada o solo un sector fue atacada mientras otro sale triunfante? ¿Se postergan las elecciones presidenciales del 2021? ¿Cómo se seguirá (mal) manejando está crisis sanitaria y socioeconómica? ¿Qué impacto tiene esta vacancia en la clase trabajadora y los movimientos sociales? Vacancia sin cambio de Constitución, ¿qué sentido tiene? ¿Es esto una intentona golpista? ¿El llamado a la insurgencia en las calles por parte de ciertos sectores liberales tendrá eco popular? ¿Apostamos por la desobediencia civil a un régimen inconstitucional?

Por: Franz Verne, investigador social y periodista

Vacancia presidencial: ¿Cambiar todo para que nada cambie?

Listo, una vez más pasó lo previsible. No hubo vacancia y todo sigue como antes, como siempre. Queda claro que fueron jugadas de ajedrez buscando algún jaque final que nunca llegó porque se dieron movidas previas, hilvanadas para generar zozobra política sin mover el meollo económico. Todo para el aplauso y distracción del convencido público.

Resulta curioso que los promotores iniciales de la vacancia se echaran para atrás y terminaran sintonizando en las votaciones con las bancadas liberales y de «izquerdista». Se habla de «defensa de la democracia y la institucionalidad» cuando en realidad es la salvaguarda del modelo económico antipopular y su profundización bajo las exigencias de la Confiep.

Queda claro que en este lío de derechas, hubo un claro ganador de clase. No importaba qué bando se impusiera, pues las directivas neoliberales se mantuvieron. Y asistimos a un nuevo episodio histórico donde la izquierda oficialista queda expuesta como punto muerto de oposición política de masas con capacidad de políticas nacionales, para terminar siendo un ínfimo apéndice gubernamental sin independencia ni capacidad de articulación programática.

Vizcarra se queda. Los congresistas provacancia y sus partidos reaccionarios/oportunistas también. Se queda la política del estrepitoso mal manejo del país en tiempo de crisis social. Se queda el Congreso rastrero, vil y calculador. Se quedan las recetas económicas de despidos masivos, desempleo generalizado y desgracia sanitaria. Se quedan los ridículos esperpentos parlamentarios y sus infulas absolutistas. Se quedan los mismos actores de esta tragicomedia donde los que realmente pierden son los de siempre: la clase trabajadora y los movimientos sociales. Así estamos.

¿Cuál es el sentido de las «Abstenciones» en las votaciones parlamentarias?

¿Por qué la democracia representativa considera esta opción como válida en procesos donde se discuten políticas nacionales, reformas sustanciales o votaciones cruciales? ¿Por qué quedarse al margen o por fuera cuando hay que decidir fuerte y claro? ¿Por qué decir «ni SÍ ni NO» cuando las papas queman y urgen las definiciones?

¿Es un burdo pragmatismo que intenta tranquilizar consciencias o desligar responsabilidades? ¿Es la política del «pecho frío» que dice una cosa pero hace otra, y no asume compromisos tangibles? ¿Qué mensaje político se da al país o qué impacto inmediato se consigue? ¿Hay acuerdos y cálculos previos para consensuar una abstención mientras todo el Perú está hastiado de más corruptela y mediocridad burguesa? ¿Por qué no sentar una posición clara de principio a fin, acorde a una claridad programática? ¿Hasta cuándo con el «ni chicha ni limonada»?

POR: FRANZ VERNE, Periodista e Investigador Social

Revelan audio de supuesta infidelidad de Martín Vizcarra

El portal web El Foco devela uno de los audios de la secretaria Karim Roca donde habla de Aguiar y Miriam Morales.

Audio 2 Karem Roca: «El argentino se fue por vacaciones. En la pandemia ya no pudo volver y Miriam (Morales) lo alejó totalmente (…) Pero él jugaba sus propios intereses».

Pedido de vacancia: ¿Clamor popular o cálculo político?

Ahora que se ha filtrado la información que revela el intento de acercamiento de Manuel Merino (presidente del Congreso) con altos mandos militares —antes de la aprobación de la moción de vacancia—, desde el Gobierno se aduce un «delito de sedición» o «intentona golpista» por lo que el propio Consejo de Ministros presentará una demanda competencial ante el Tribunal Constitucional para evitar que caiga Vizcarra.

Como siempre pasa en momentos de crisis dentro de la élite política, uno y otro bando se apura en conseguir el estratégico apoyo de las Fuerzas Armadas para contrarrestar al rival. Mientras tanto, se siguen ideando jugadas maestras para controlarlo todo y forzar al enemigo a patear el tablero.

Y aquí es importante saber quién es quién y qué papel desempeñan. No solo está el nuevo «adalid democrático» Edgar Alarcón, quien tiene denuncias constitucionales por haber incurrido en delitos de enriquecimiento ilícito agravado y peculado doloso, en su época de contralor, sino su propio partido Podemos Perú y sus aliados dentro del bodrio fujimorista (en contubernio con apristas, castañedistas, acciopopulistas, acuñistas, etc.). El bando provacancia es el reciclaje de mafias anteriores.

La caída de un régimen no debe ser adjudicado a otra facción en el poder, ni debe dejarse que la derecha recalcitrante se adjudique méritos ficticios hegemonizando el descontento contra el gobernante de turno. Debe ser labor de los movimientos sociales y la clase trabajadora organizada políticamente, quienes generen el quiebre democrático, tensando las oportunidades que da una crisis para plantear salidas genuinas hacia un recambio del modelo económico y el sistema en su conjunto. Sin embargo, el protagonismo popular es casi inexistente en nuestro país y los vacíos de lucha seguirán siendo llenados por los oportunistas de cualquier color.

POR: FRANZ VERNE, Periodista e Investigador Social